lunes, 9 de junio de 2008

Historias de amor y egoísmo




Hacía ya casi dos meses que dejamos a nuestros amigos tan queridos de la que fue "la ciudad bajo la niebla". Todos habíamos aprendido alguna lección. Prometimos volver, pero pasaría mucho tiempo hasta que eso ocurriese.
"Queridos amigos, vuestras caras amables, permanecerán por mucho tiempo en nuestras retinas y en nuestros corazones, pero debemos seguir nuestro camino".
Entre tanto, la primavera estaba en todo su apogeo. Recorríamos campos cubiertos de viñedos y trigales, sembrados de rojas amapolas y árboles en flor, promesas de los frutos, que estaban por llegar. Los dias se volvían más y más calurosos. Algunas veces, nos sorprendía alguna tormenta y nos obligaba a cobijarnos en alguna cueva. Las noches aún eran frescas y dormíamos acurrucados unos contra otros, mientras nuestos Seres Luz tocaban levemente las campanulas, que emitian sonidos tan armoniosos que nos incitaban a dormir y a soñar felizmente con nuestros seres queridos. Eran esos agradables viajes astrales, los que nos hacían sentirnos tan cerca de ellos, tocar sus caras y sus cabellos cada noche, sabiendo así, que ellos tambén nos recordaban.
Óscar y Claudio, habían partido en otra dirección para encontrarse con Klaudia. Estos dos últimos eran siameses y tan parecidos que, cuando Claudio vio a Klaudia la primera vez, pensó que era su propio reflejo en el agua del estanque. El flechazo fue inevitable, pero desgraciadamente duró poco. Claudio llegó aquí y ella no pudo resistir su ausencia por mucho tiempo y dos meses después, le siguió hasta aquí.
De alguna forma, nos recordó la historia de aquellos amantes que prefirieron morir que vivir separados.
Aunque algunos humanos no lo crean, los demás animales tenemos algo más que instinto. Sentimos amor, amistad, tristeza y alegría, pero no egoísmo. Si luchamos, es por defender nuestro territorio o nuestras crías, no por egoísmo o mezquindad.
Alguien nos contó lo que ocurría en un país en el mundo de los humanos. Dicho país era recorrido por varios rios, pero uno de ellos, que era uno de los más caudalosos, recorría varias comarcas. Cuando llegaban las lluvias torrenciales, dicho rio se desbordaba y causaba grandes males y destrucción. Pero había una comarca, que creía tener la posesión del rio. Era una comarca seca, porque no utilizaban el agua del rio para nada, pero negaban el agua a las demás. Las demás regiones no podían regar sus frutales, por causa de la avaricia de aquellos. Llegó un año, en que decidieron organizar una gran fiesta para honrar a su venerado rio, pero inesperadamente, comenzó a llover. Llovió torrencialmente durante dias y dias y el rio, disgustado por la mezquindad de los habitantes de aquella comarca, inundó todos los preparativos de la fiesta, que quedaron cubiertos de barro.
"Vaya, hubiera sido mejor haber compartido el agua a tiempo, ¿no creeís?", dijo GINA.
"Claro", dijo DANDY, "el agua no pertenece a nadie. Es un bien común, que a nadie debe negarse y menos aún a un hermano".
"Mirad", dijo GATSBY, "fijaos cómo beben agua los gorriones en aquella fuente. Ellos tienen el mismo derecho que nosotros."