domingo, 21 de diciembre de 2008

FELIZ NAVIDAD



Una vez repuestos de nuestro viaje y del frio de la intemperie, Roakin nos invitó a permanecer en su castillo, tanto tiempo como deseásemos. Era hospitalario y amable, pero estaba rodeado de una tristeza insalvable. Por un lado, nos invitaba a quedarnos con el pero, por otro, no parecía alegrarse en absoluto de nuestra compañía.
Diariamente, recorría sus territorios, arriba y abajo, como si buscase algo que había perdido.
Fuera hacía frio, pero esto no parecía importarle demasiado. Nunca le vimos comer no el más pequeño bocado.
Por las noches, nos reuníamos tras la cena, alrededor del calor de la chimenea y, después de mucho insistir, conseguimos que nos contase algunas de sus historias.
Curiosamente, todas sus historias eran tristes, porque así era su ánimo. En general, eran historias de pérdida y desamor.
Una noche nos contó la historia de una niña humana, tan pobre, que sobrevivía a base de vender fósforos. Su abuela querida y única familñia, había muerto, dejándola en la más profunda soledad y miseria. Fue aquella Navidad en la que el frio fué especialmente intenso. La pobre niña, vestida con ligeros harapos, recorría las calles y cada vez se iba debilitando más. Llevaba dias sin comer nada caliente.Se sentó en una esquina y éncendió un fósforo para que sus ateridas manos obtuviesen algo de su calor, pero este se desvaneció con la vacilante luz. Encendió otro y luego otro. El frio iba en aumento y la pequeña cerillera, iba consumiendo un fósforo tras otro. De pronto, al encender el penúltimo fósforo, vió que algo brillaba con un fulgor dorado y centelleante. Sus ojos no podían dar crédito a lo que veían. Era un precioso árbol de Navidad, repleto de todos aquellos juguetes que ella nunca había tenido y de todas las golosinas que siempre había soñado probar, cuando se asomaba a los escaparates de las pastelerías. Alargó su mano y cuando iba a tocarlos, el fósforo empezó a parpadear. Rápidamente, intentó encender el último fósforo, pero sus manos estaban tan ateridas que apenas tuvo fuerza para encenderlo. Fué entonces, cuando oyó la voz de su abuela y una cálida mano la guió para que ya nunca más volviese a tener frio.

Otra noche, nos contó la historia de una joven sirena, hija del Rey Neptuno, que decidió dejarlo todo, perdiendo incluso su voz y su cola y su familia, por el amor de un principe humano.
También nos contó de un soldadito de plomo y su bailarina y otras muchas.
Todas sus historias eran igualmente tristes.
Una noche, justo la noche antes de Navidad, cuando Roakin ya se había retirado a dormir, todos nos reunimos, junto con nuestros seres Luz, para ver, cómo podíamos ayudarle, animarle y agradecerle su hospitalidad. Todos aportamos ideas. Finalmente, decidimos, que le enseñaríamos a celebrar la Navidad, a la manera que lo hacen los humanos. Lo habíamos visto muchas veces y a ellos les daba resultado. Durante la época Navideña, los humanos parecían más felices e incluso, parecían ser mejores los unos con los otros, se hacían regalos, cantaban, y muchas cosas más.
A la mañana siguiente, elegimos un abeto muy alto, cerca del castillo, y lo decoramos como pudimos, con piñas, hojas de colores del otoño, frutas, bayas y otras cosas que encontramos en los alrededores. Todos estábamos muy ansiosos de alegrar a nuestro triste amigo Roakin.
Tras nuestra habitual cena, le rogamos que nos siguiese, Había una gran expectación. La luz de la luna llena, refulgía sobre la nieve.
"Queridos amigos, si no quereís coger frio, deberíamos entrar", dijo Roakin. "Espera, ten paciencia", le contestó AIRAM, la pequeña Ser Luz. "Sabes, me recuerdas mucho a lguien muy querido por mi, ojalá pudiera ayudarle, pero no se deja ayudar."
De pronto, Airam seguida de los demás Seres Luz, volaron hacia el gran abeto elegido y con un toque de sus dedos regordetes, el árbol se llenó de pronto de guirnaldas de brillantes estrellas que lo rodearon de arriba a bajo.
Bajo el árbol, estaba TUSHA, que había logrado formar un gordo muñeco de nieve, con su sombrero y su bufanda. Estaba muy orgulloso de su obra maestra. A una señal de GATSBY, Todos los gatos empezaron a cantar, maullando como suelen hacerlo los gatos. La fiesta duró toda la noche. Todo el mundo estaba alegre. Bueno, todo el mundo, menos Roakin, que contemplaba la alegría ajena y el bullicio, como si aquello no fuese con el. Su triste corazón se había convertido en un diamante negro, que no dejaba panetrar la luz ni la alegría. Solo el podía cambiarlo, bastaba con desearlo.
NO DEJEÍS QUE ESTO OS OCURRA, NO CULPEÍS A LA NAVIDAD DE VUESTRAS TRISTEZAS NI VUESTRAS PÉRDIDAS. Vivid su alegría y no entristezcaís a los que os rodean. Desde aquí, deseamos a todos






lunes, 8 de diciembre de 2008

La insuperable tristeza del contador de cuentos

El frío y la escarcha habían invadido el valle de Öhringen. Los árboles habían perdido sus brillantes colores y parecía que los temperamentales caballos habían por fin llegado a un acuerdo que les permitiese convivir en paz. La reina Iiiiiiiilka, por fin gobernaba en paz. El bravo e irritable Zaaaaaayan había decidido ceder su puesto a otros caballeros más jovenes. Así pues, nuestra labor de intermediarios había tenido éxito, pero nuestro viaje debía continuar. Nos pusimos de nuevo en camino un frio amanecer, mientras veíamos salir un sol rojízo y gélido por detrás de las montañas nevadas.
Conforme íbamos alejándonos, las siluetas de nuestros amigos equinos, eran solo tenues sombras que apenas resaltaban sobre el blanco de la nieve. En las horas centrales del día, el frío era tolerable, pero nuestras patitas quedaban ateridas y, cada tanto en tanto, debíamos parar y calentarnos. "¿Quien dijo que aquí siempre hacía buen tiempo?", preguntó GATSBY. "Bueno", contestó DANDY, "las leyendas siempre tienen un márgen de fantasía". No todo es cierto, ni todo es falso. Hay que pasar por algunas pruebas y dificultades para poder llevar a cabo nuestro viaje.¿Quien dijo que fuera fácil?"
Así anduvimos varios dias. Por las noches, cuando el frío hacía imposible nuestro avance, nos guarecíamos en cuevas o en los troncos huecos de los árboles . Cuando hace frío, los gatos nos acurrucamos unos contra otros para darnos calor.
Fue aquel atardecer, cuando GINA volvió diciendo que divisaba luces a lo lejos. Todos corrimos tras ella, para descubrir que se trataba de una extraña formación alrededor de una montaña, que recordaba a las ciudades humanas. Como hacía rato que había dejado de nevar, decidimos acelerar nuestra marcha y aproximarnos. Quizás alguien pudiese darnos cobijo contra el relente y el frio de aquellas noches de la última luna del año.
Entramos por un portalón. Todo era silencio. La luz que nos había atraído inicialmente, nos guiaba. Instintintivamente seguimos su resplandor hasta llegar a un salón amplio y caldeado. Allí, recostado junto al fuego, del que procedía la luz, reposaba un enorme gato. Como si hubiera detectado nuestra presencia, se volvió hacia nosotros con la elasticidad de un gran felino. Su cara y sus ojos, reflejaban una gran tristeza.
"Sed bien venidos, forasteros, yo soy ROAKIN, el más solitario y triste de los felinos. En otro tiempo, yo era feliz y era conocido como, "el gran contador de cuentos", pero mi vida cambió totalmente, cuando mi fiel compañera murió hace 16 lunas. Yo mismo, estuve a punto de morir hace 12 lunas, porque quería reunirme con ella, pero no lo logré. Desde entonces, vivo como un autómata, pero mi vida no vale la pena. Pero no quiero entisteceros. Seguro que estareís cansados y hambrientos."
ROAKIN nos invitó a pasar a una larga galería, en la qaue nos ofreció platos de leche caliente. Unas cálidas y mullidas camas nos esperaban.
Después de varios dias de viaje, necesitábamos reponer fuerzas. Ya habría tiempo de conversar.
Tal vez nuestra presencia, pudiese ayudar a ROAKIN a superar su tristeza. Nos dimos nuestras topadas de buenas noches y, como cada noche, nos dormimos soñando con nuestros queridos amigos humanos y con nuestra cama. Buenas noches AMA, buenas noches AMO, buenas......... nooo..

























































domingo, 2 de noviembre de 2008

La noche de los espíritus

Fue en aquella noche tan extraña y siniestra en la que se reunió el GRAN CONSEJO del Valle de los Caballos.. Era una noche mística,con aquel cielo rojo, por el que se intuía el flotar de los espíritius de los antepasados, como negros velos. desgarrados Casi se podía oir susurrar sus voces y, había quien decía, que en aquella noche, los habitantes de los dos mundos podían tocarse con las puntas de los dedos (o de los bigotes). Solo había que creerlo.
Había una luna amarilla que brillaba sobre el rojo, casi granate del cielo y la constelación de Pegaso, brillaba sobre el oscuro horizonte.
El grupo de gatos, nos habíamos reunido y apiñado, para protegernos del frio y de la niebla que empezaba a depositarse sobre el suelo.

"¿Porqué hemos sido llamados los gatos para mediar en un conflicto entre animales tan diferentes a nosotros?", preguntó LOCKY.
"Se supone, que somos seres sabios y que, al haber convivido de cerca con humanos, estamos en condiciones de juzgar un conflicto que parece ser más propio de humanos que de animales", dijo GATSBY, "los gatos, hemos convivido con ellos, pero nunca nos hemos doblegado a ellos. Más bien, somos nosotros, los que hgemos domesticado a los humanos. Ellos nos proveen de todo lo necesario, simplemente, a cambio de nuestra compañía y muestro cariño. Excepto algún que otro gato de campo, nosotros no cazamos para ellos, ni guardamos sus casas. Tampoco corremos ni competimos para ellos.¿comprendes?"

Mientras hablaban, se oyó de lejos un retumbar de cientos de cascos de caballos. Eran los componentes del Gran Consejo, que se acercaban. Los había de todos los colores y razas. Sus preciosas crines, flotaban al viento, iluminadas por aquella luz espectral.


ZAAAAAIIIIIAAAAN, el noble virrey, se acercó a los gatos y con su lenguaje tan extraño, les dijo que estuviesen preparados, que la GRAN ASAMBLEA, estaba a punto de comenzar.
IIIIIIIIIIIILKA, la reina, se situó junto a el. Los nobles caballos y yeguas que formaban el Gran Consejo se situaron formando un semicírculo.. Sobre un pequeño claro, se situaron los gatos.

Justo al otro lado, como demostrando claramente su enfrentamiento, se situaron EEEEEEEEEED y sus tres percheronas, conocidas como "las coceadoras", por su demostrado mal talante y su actitud particularmente belicosa.
Una de ellas especialmente, llamada EEEEEESAAAAA, había creado un ambiente especialmente hostil, coceando y amenazando a todo el que se le acercaba. Era una yegua muy obesa, y con un caracter amargado, pues con su aspecto nunca podría ser la favorita.
De hecho, los miembros del Gran Consejo, le pidieron que se retirase, pues ya había creado bastante malestar. Piafando con malos modos, se alejó, no sin proferir amenazas sin fin contra la Reina y sus caballeros.
El resto de la Asamblea se desarrolló de forma tranquila. Después de considerar el caso durante un tiempo, el Gran Consejo y el Grupo de Gatos, decidieron que la Reina y sus caballeros, conservasen su mandato, pero debían dejar también un lugar en la corte para EEEEEEED y las dos coceadoras restantes. Ambas partes, debían poner de su parte por limar sus diferencias.

Todo parecía perfecto, pero justo antes de abandonar la Asamblea, ZAYYYAAAAN y EEEEEEEEED, comenzaron a luchar inesperadamente, como impulsados por algún impulso atávico o, quien sabe, si por algún espíritu maligno de los que inundaban los cielos en aquella noche fría y lúgubre.
Todos quedaron atónitos. ¡Aquello no era lo pactado!.

¿Se lograría por fin la buena avenencia, o tendría que reunirse de nuevo el Gran Consejo para poner orden?.









































martes, 21 de octubre de 2008

Caballos salvajes



Locky siguió andando durante dias y más dias. Por las noches, la compañía de las estrellas y el ulular de las lechuzas empezaban a resultarle demasiado solitarios. Los dias eran cada vez más cortos y los árboles iban tomando brillantes colores rojizos y dorados. A veces, el cielo se tornaba gris, y algo rugía en el y todo se volvía mojado. ¿De dónde saldría tanta agua?. La noche anterior, había tenido que resguardarse en una húmeda cueva.

Por la mañana, todo parecía brillante. Las gotas de agua que aún quedaban de la tormenta de la noche anterior, brillaban formando pequeños arcoiris sobre las hojas. Como todo gato doméstico, Locky odiaba mojarse y en aquella mañana iba preocupado en sortear los charcos que se habían formado en aquel camino cuando, de pronto, escuchó una carcajada estentórea. "Ja, ja, ja, menudo cuadro haces, dando saltos para evitar los charcos. Pero, ¿de donde has salido tu que no conoces la lluvia?". El que le hablaba era un esbelto gato siamés de cara redonda y soñadores ojos azules. "INo me cabe la menor duda de que eres el gato a quien me han enviado a buscar". "Yo soy Dandy del Gran Jardín y tu debes de ser Locky. Esperábamos tu llegada".
"Si, yo soy Locky, el gato doméstico y llevo demasiado tiempo buscandoos".
"Es cierto, teníamos que habernos encontrado mucho antes, pero fuimos reclamados para mediar en un conflicto en OEEEEEHRINGEN, el Valle de los Caballos".
"¿Que es un caballo?", preguntó Locky.
"Los caballos son animales de largas patas y crines al viento, mucho más grandes que nosotros los gatos. Son animales nobles, pero parecen encontrarse en una encrucijada difícil de resolver. Te lo contaré mientras caminamos hasta encontrar a los demás compañeros gatos. Verás, el Valle de los Caballos era gobernado por la Pareja Real, LIAAAAAAA y IEEEEEEEE y había una paz duradera y estable. Un dia nefasto, apareció un joven e insolente potro, llamado EEEEEEEEED acompañado de su harén de tres yeguas percheronas, apodadas como "las COCEADORAS". Con malas artes, lograron derrocar a la Pareja Real, que abandonaron con tristeza aquel valle que, durante tantos años había sido su hogar. IIIIIIIIIILKA, la siguiente reina en el orden dinástico, procede de un noble linaje, pero es inexperta en tareas de gobierno. Agitando sus largas y rojizas crines al viento, llamó a sus caballeros, pero estos no logran ponerse de acuerdo. La guerra entre ambos bandos es cruel y desigual. El joven potro y sus coceadoras, cocean y utilizan los peores insultos, a los que IIIIIIIIIIIILKA y sus nobles caballeros no están acostumbrados. La situación está llegando a ser tan insostenible, que ya se habla de celebrar una Asamblea en la que el Gran Consejo tome una decisión.". "Lamentablemente, parece más una guerra entre humanos, que entre animales".

Hablando, hablando, habían llegado a las proximidades de un cercado, bajo unos árboles amarillos. Allí, junto a uno de los caballeros de la reina, esperaba un grupo de gatos. "Amigos, os presento a Locky, el gato doméstico". "Locky, te presento a GATSBY, TUSHA, GINA, PUSHKIN, TATIANA y su pequeño hijo ELVIS. ZAAAAIIAAAAAN, caballero y virrey, y todos nosotros te damos la bienvenida al Valle de los Caballos".

martes, 23 de septiembre de 2008

OTOÑO. Descubrimientos y encuentros.

Locky anduvo y anduvo. Los dias se sucedían y los colores de la naturaleza habían empezado a cambiar. Para el, como gato casero que era, todo era nuevo e interesante. Aquella pequeña criatura de alas transparentes que revoloteaba a su alrededor, le había dicho que debía protegerse, porque el verano habí terminado ya . "Cuídate, gato de casa, pronto vendrán los dias frios y lluviosos. Nosotras las libélulas, anunciamos el fin del verano". Aquel era un extraño mundo. No era solo lla ausencia de puertas, no. También estaban todas aquellos seres nuevos que el nunca había visto antes, como aquel que saltaba de una rama a otra y tenía una como un plumero. Le dió a probar un fruto duro y redondo que cogió de un árbol, pero aquello no era comida para un gato.
Curiosamente, no había encontrado a ningún congénere en los dias que llevaba allí. Caminaba sin rumbo fijo, siguiendo su instinto.
Un largo e inclinado camino, bordeado de árboles de hojas rojizas, se abría ante el. Estaba húmedo como si hubiera estado lloviendo. La lluvia le disgustaba. ¡Era tan mojada!. Recordó entonces la comodidad de su casa y como veía llover desde detrás de los cristales. La calle se mojaba, las personas y los coches también, pero el no. Atrás habían quedado sus amigos y Ama. El trató de comunicarles que estaba bien. Sabía que Brochita, su sensible amigo blanco y negro, tardaría más en acostumbrarse a estar sin el. No en balde, Locky había sido como un padre para el, desde que llegó siendo un tímido cachorro. Brochita, su amigo de suave maullido...
Tan absorto iba en sus pensamientos, que casi se dió de bruces con un gran gato negro grisáceo, de grandes mofletes, que iba en animada charla con un joven gatito atigrado rojizo.
El gato mofletudo se arqueó y soltando un sonoro bufido, le dijo: "Eh colega, mira por donde vas o tendré que darte un buén zarpazo". El gatito rojo dió una topada a su compañero y levantando el rabo dijo "Déjalo Toffee, creo que es tan novato aquí como nosotros. ¿Quien eres amigo?.Yo suy Simba y este es mi amigo Toffee".
"Yo soy Locky. Soy un gato de casa y voy en busca de mi hermana Edda". "El mensajero me dijo que en su momento, encontraría amigos que me acompañarían en el viaje. Sois vosotros acaso?.
"Nosotros procedemosdel Gran Jardín , en el que yo era el rey", dijo Toffee. "ahora vamos en busca de nuestros compañeros que nos precedieron. Vamos buscando el Bosque de Hundertaugen".
"¿Puedo ir con vosotros?", preguntó Locky. "Lo siento amigo, Hundertaugen no es lugar para gatos de casa", dijo Toffee. "No serías feliz entre nosotros", dijo el joven Simba, "Sigue adelante. Tus amigos te encontrarán y lograrás llegar a tu destino. Solo debes tener confianza. Todo saldrá bien".
Así, se despidieron, esta vez de forma más amistosa y siguieron en direcciones opuestas en busca de sus destinos respectivos.

jueves, 21 de agosto de 2008

LOCKY y el mundo sin puertas



Una fuerte sacudida le hizo despertar de su letargo. No tenía idea de cuanto había dormido, pero se encontraba como nuevo. Ya no sentía aquella molesta sensación de náuseas, ni aquella debilidad que le había ido invadiendo durante las últimas horas. Sintió que no estaba en su camita y se vió inmerso en una luminosidad amarilla. Una brisa suave, agitaba aquellas cosas amarillas y verdes, con hilitos que cosquilleaban en sus orejas. Se sacudió y estiró sus uñas. Primero hacia delante. Luego hacia detrás. Observó que su pelaje negro estaba otra vez brillante y había recuperado su porte de gato opulento y lustroso. Se sentía verdaderamente bien, de nuevo lleno de energía. Por un momento, estiró el cuello, esperando encontrar algo o alguien que le resultase conocido, su casa, sus amigos. Pero parecía que por alguna razón, su mundo se había desvanecido y había sido sustituido por aquel enorme mundo, en el que en vez de techo había algo azul. Tampoco había paredes ni puertas. No le gustaba que no hubiera puertas.¡Todo era tan grande!. ¿Que extraño mundo era aquel?. Le recordaba vagamente a lo que se veía cuando, subido al taburete, miraba hacia la calle. Pero faltaban los humanos y aquellas cosas que rodaban y hacían tanto ruído. ¿Y Ama, donde estaba Ama?. La última vez que la había visto estaba muy seria y hablaba con otra humana que llevaba en la mano una de esas cosas que pinchan y sirven para dar medicamentos. ¡Que extraño era todo!.
Se estiró de nuevo y echo a andar por aquel mundo lleno de colores y olores que eran nuevos para el.
Anduvo y anduvo, pisando un mullido suelo verde, bordeado de árboles. El calor del medio dia empezaba a notarse. Tenía sed.¿No habría nadie en aquel lugar, que pudiese decirle como ir a su casa, donde lo tenía todo?.
De pronto, un silbido repetitivo, lo sacó de sus cavilaciones. Fijó la vista y vió un pájaro de color rojo escarlata. Parecía dirigirse a el. Se acercó y el pájaro le dijo "Te saludo amigo LOCKY, bienvenido a ASGARD".
"¿Cómo sabes mi nombre. Que hago aquí. Cómo puedo volver a mi casa?", dijo Locky. "Soy el mensajero y lo se todo sobre vosotros. No puedes volver a tu casa. Esta es una nueva vida, una nueva oportunidad". "Pero entonces", dijo Locky "nunca volveré a ver a Ama ni a Brochita ni a los demás?. "De momento no, pero si sabes buscar, podrás encontrar a tu hermana EDDA, en el santuario de la diosa BAST, iluminado por velas que arden en el agua". Para ello, deberás buscar la ayuda de otros gatos, que encontrarás en tu camino. Descubrirás que ellos tienen cosas en común contigo, que ni imaginas. Ponte en marcha y que BAST te acompañe".
"¿ Mi querida EDDA está aquí?. Pues allá voy. Estoy ya deseando verla. Hasta la vista mensajero".















































viernes, 15 de agosto de 2008

Lágrimas de felicidad






Fue aquella carta de sus humanos enviaron a TUSHA, la que desencadenó de nuevo todos aquellos recuerdos.

La carta decía:

Querido TUSHA,

Hace ya un año que en la madrugada del 15 de Agosto tuviste que dejarnos. El recorrido final fue largo y penoso, para ti, por tu enfermedad y para nosotros, porque no soportabamos verte sufrir. Preferimos recordar los 9 años felices que pasamos juntos, tus dos humanos y tus amigos felinos, Gatsby y Gina (que ahora están contigo), tu querida Schatzy y el rebelde y provocador Obi. Fueron 9 maravillosos. Nunca olvidaremos tus profundos ojos verdes, tu cara seria y, sobre todo tu vocecita suave y tu cariño inmenso. HASTA SIEMPRE AMIGO. Volveremos a vernos, pero aún no. Te queremos: M, L y Schatzy.

Sus amigos estaban sentados , disfrutando de una noche de verano, excepcionalmente fresca. Tusha se apartó de los demás. Apoyó su cabeza sobre el césped y recordó. Le venían confusas imágenes de momentos en la clínica, con tubos en las patitas y cosas que pinchaban. Porqué le harían todo aquello?. Gatsby le había explicado que eran intentos de curarlo, pero se sentía tan mal....

De pronto, una mano cálida y regordeta se posó sobre su cabecita de terciopelo gris. Miró tristemente de reojo y vió a AIRAM, su "ser luz". "Se como te sientes. Mañana también hará un año para mi", le dijo AIRAM. "Anda, ven conmigo, vamos a hacer una pequeña excursión".

Sin saber cómo, AIRAM abrazó a TUSHA y juntos volaron hasta posarse en la media luna que a duras penas iluminaba el cielo.

"Sabes, no debes estar triste", le dijo AIRAM, "yo estoy feliz, porque se que nos recuerdan a todos cada dia y en cada momento. Además, si lo piensas, les hemos hecho tres regalos maravillosos". "Hemos devuelto la salud y el ánimo a uno de ellos, que quería morir. Le hemos concedido un deseo a otro de ellos y les enviamos a dos de nuestros ángeles en un momentoi muy difícil. En realidad, tratamos de ayudarles en todo lo que podemos desde aquí. ¿No crees que nuestra labor es muy importante?. Ellos cuentan con nosotros".

De pronto, lágrimas de alegría rodaron por las mejillas de AIRAM. Una cayó sobre la cabecita de TUSHA, que se estremeció ante el fresco de la noche y se acurrucó contra AIRAM. Las demás, cayeron al vacío y se convirtieron en polvo de estrellas, que cayó a la tierra formando innumerables luces blancas diminutas, como estrellas incandescentes. Todo el cielo, quedó iluminado en un instante.

"Sabes", dijo AIRAM, "cada una de estas lágrimas de alegría, serán deseos que se cumplirán". "No estés triste, ellos estarán bién. Nosotros siempre velaremos por ellos".

TUSHA no contestó. Un leve ronquido hizo volverse a AIRAM. TUSHA dormía feliz, recordando esta vez los buenos momentos de éxtasis con su dulce SCHATZY, los juegos, los despertares y los largos abrazos de Ama. En sus sueños, estaban juntos otra vez.

AIRAM, contempló las pequeñas luminarías que aún caían y se preguntó, dónde estaba el límite entre el sueño y la realidad.




















martes, 24 de junio de 2008

Magia en el aire





Llevábamos ya muchos dias recorriendo la campiña, cubierta de los colores más vivos imaginables. Unas veces eran campos de trigales de vivo color amarillo. Otras veces eran viñedos de colores ocres o bosques de intenso color verde. Las tardes eran cada vez más largas, lo cual indicaba ya la presencia del verano. También el calor era cada vez más intenso. Estaba atardeciendo y el cielo amenazaba con grises nubes que parecían árboles. Sin darnos cuenta, habíamos llegado a un campo cubierto de amapolas. Lo atravesamos y su color era de un rojo tan intenso, que parecía que el cielo iba a empezar a arder. Llegamos así a una colina verde, flanqueada de unos curiosos árboles alargados y puntiagudos. El campo olía bien.


Al final de aquella colina nuestros pasos nos llevaron aun viejo camino empedrado, cuyas losas pulidas por el tiempo, parecían invitarnos a seguirlas. Entre tanto , la noche se había ya extendido sobre nuestras cabezas. En su color azul brillante, destacaba una luna enorme y radiante que era como un faro para nosotros. Podíamos ver hasta el último detalle, lo cual tampoco era de extrañar, considerando que los gatos podemos ver perfectamente en la oscuridad.

En un claro, e iluminado por un rayo de luna, estaba esperando un gato pardo, grande y lustroso. Nos llamaba desde lejos con una voz aguda, que nos resultaba familiar. Nos decía "Vamos, vamos, amigos, no debeís perderos la fiesta del dia más largo del año. Os estamos esperando". Al acercarnos, casi no podíamos dar crédito a nuestros ojos. Claro, aquella voz era la de nuestro amigo Óscar, el gato cantor. Según nos contó, se había adelantado para reunirse con unos amigos que llegaron hace algún tiempo.


La noche tenía algo especial, como si miles, millones de pequeños seres luninosos flotasen en el aire. Era una noche mágica, de esas que los gatos sabemos reconocer. Nos basta con olfatear, para saber lo que está ocurriendo. Seguimos andando por aquella vieja calzada y de pronto escuchamos voces conocidas para nuestros oídos. Canciones nocturnas de nuestros congéneres. Ante nosotros, se encontraba un edificio imponente, redondo, todo flanquedao por arcos e iluminado por la luz de la luna. En sus gradas se aposentaban miles de nuestros congéneres. La alegría era exhuberante. Algunos cantaban, otros bailaban y otros simplemente charlaban en círculos a la luz de la luna.


Óscar nos presentó a una pareja de siameses, los amigos a los que había salido a rescatar. Eran Claudio y Klaudia, que habían superado todos los obstáculos, hasta conseguir estar juntos. Ellos nos contaron que habían elegido aquella vetusta ciudad, porque era la "ciudad de los gatos", en la que todos nosotros eramos bienvenidos y se nos consideraba ciudadanos respetados. Toda la ciudad estaba formada por edificios antiquísimos y vetustas ruinas, testigos de un pasado esplendor. Estaba toda habitada por gatos. Gatos bellos y felices.


































































































lunes, 9 de junio de 2008

Historias de amor y egoísmo




Hacía ya casi dos meses que dejamos a nuestros amigos tan queridos de la que fue "la ciudad bajo la niebla". Todos habíamos aprendido alguna lección. Prometimos volver, pero pasaría mucho tiempo hasta que eso ocurriese.
"Queridos amigos, vuestras caras amables, permanecerán por mucho tiempo en nuestras retinas y en nuestros corazones, pero debemos seguir nuestro camino".
Entre tanto, la primavera estaba en todo su apogeo. Recorríamos campos cubiertos de viñedos y trigales, sembrados de rojas amapolas y árboles en flor, promesas de los frutos, que estaban por llegar. Los dias se volvían más y más calurosos. Algunas veces, nos sorprendía alguna tormenta y nos obligaba a cobijarnos en alguna cueva. Las noches aún eran frescas y dormíamos acurrucados unos contra otros, mientras nuestos Seres Luz tocaban levemente las campanulas, que emitian sonidos tan armoniosos que nos incitaban a dormir y a soñar felizmente con nuestros seres queridos. Eran esos agradables viajes astrales, los que nos hacían sentirnos tan cerca de ellos, tocar sus caras y sus cabellos cada noche, sabiendo así, que ellos tambén nos recordaban.
Óscar y Claudio, habían partido en otra dirección para encontrarse con Klaudia. Estos dos últimos eran siameses y tan parecidos que, cuando Claudio vio a Klaudia la primera vez, pensó que era su propio reflejo en el agua del estanque. El flechazo fue inevitable, pero desgraciadamente duró poco. Claudio llegó aquí y ella no pudo resistir su ausencia por mucho tiempo y dos meses después, le siguió hasta aquí.
De alguna forma, nos recordó la historia de aquellos amantes que prefirieron morir que vivir separados.
Aunque algunos humanos no lo crean, los demás animales tenemos algo más que instinto. Sentimos amor, amistad, tristeza y alegría, pero no egoísmo. Si luchamos, es por defender nuestro territorio o nuestras crías, no por egoísmo o mezquindad.
Alguien nos contó lo que ocurría en un país en el mundo de los humanos. Dicho país era recorrido por varios rios, pero uno de ellos, que era uno de los más caudalosos, recorría varias comarcas. Cuando llegaban las lluvias torrenciales, dicho rio se desbordaba y causaba grandes males y destrucción. Pero había una comarca, que creía tener la posesión del rio. Era una comarca seca, porque no utilizaban el agua del rio para nada, pero negaban el agua a las demás. Las demás regiones no podían regar sus frutales, por causa de la avaricia de aquellos. Llegó un año, en que decidieron organizar una gran fiesta para honrar a su venerado rio, pero inesperadamente, comenzó a llover. Llovió torrencialmente durante dias y dias y el rio, disgustado por la mezquindad de los habitantes de aquella comarca, inundó todos los preparativos de la fiesta, que quedaron cubiertos de barro.
"Vaya, hubiera sido mejor haber compartido el agua a tiempo, ¿no creeís?", dijo GINA.
"Claro", dijo DANDY, "el agua no pertenece a nadie. Es un bien común, que a nadie debe negarse y menos aún a un hermano".
"Mirad", dijo GATSBY, "fijaos cómo beben agua los gorriones en aquella fuente. Ellos tienen el mismo derecho que nosotros."





















viernes, 11 de abril de 2008

Y de nuevo el viento....







Llevábamos ya varios meses en aquella maravillosa ciudad. Nuestros nuevos amigos, se resistían a dejarnos marchar. Los humanos nos mimaban y nos proveían de todo tipo de comodidades y nunca nos faltaba nuestra leche caliente. Durante el frío invierno, cuando estaba cubierto de blanco, solíamos refugiarnos en algún lugar cálido y siempre surgía algo que celebrar o alguna nueva historia que contar.

Nosotros les contamos de nuestra ciudad, en la que durante varios dias el cielo se volvía de brillantes colores y en la que en primavera florecían los naranjos en las calles.

Gatsby, que llevaba algunas semanas muy nostálgico, les habló de Amo y Ama y de nuestra querida Schatzy, con sus ojos pintados.

Tusha les contó la historia de aquella pareja de tórtolas que haciendo frente a la lluvia y el granizo, crió a sus pequeños y frágiles hijos.

Dandy y Gina hablaron de su maravilloso jardín, en el que que al llegar el otoño los árboles se teñían de amarillo y rojo.

La bella Giulietta nos contó de una ciudad en la que unos amantes, cuyas familias eran enemigas, prefirieron morir, antes que renunciar a su amor. Conocía muy bien la historia, porque de ella provenía su nombre.


Hacía días que había entrado la primavera y la ciudad se había cubierto de pequeñas flores amarillas y de preciosos iris violetas, símbolo de la ciudad, pero aquella tarde, el viento soplaba con mucha fuerza. Se colaba por todos los resquicios y silbaba. Los árboles se movían de un lado al otro y sus ramas, casi se doblaban.
Las nubes se arremolinaban en el cielo. Fué en aquella noche tan desapacible, cuando Azzurra nos contó de una ciudad muy, muy antigua llamada GATIBONA, en la que los gatos eran famosos y eran considerados ciudadanos como los humanos . En aquella ciudad, los gatos se movía a su antojo por los antiguos monumentos y ruinas de tiempos lejanos y eran admirados por propios y extraños. Al oir aquello, nos miramos y, por alguna extraña razón, de nuevo se despertó en nosotros el espíritu viajero. Tal vez fuera el viento que impulsa a los espíritus inquietos, tal vez las historias de nuestros amigos. No iba a sernos nada fácil dejar la querida ciudad y tantos buenos amigos, pero algo nos decía que pronto sería el momento de continuar nuestro viaje.






























lunes, 25 de febrero de 2008