jueves, 1 de marzo de 2007

De cómo llegué hasta aquí

Hola,

Pues la verdad, todo fué muy raro. Yo era un gato muy feliz que vivía desde hacía 10 años con dos humanos que me adoraban y con otros tres compañeros gatos: Tusha y Schatzy (pareja cuasiestable, porque Schatzy era también bastante cariñosa conmigo) y Obi one, un gato joven de tres años, al que de vez en cuando tenía que poner en su sitio, porque era un trapisondista.
Todo parecía perfecto, pero el jueves 22 de Febrero empecé a no encontrarme bién. Mis amigos humanos se dieron cuenta enseguida y me llevaron a un sitio desconocido en el que me introdujeron un tubito largo y transparente con liquido por...... bueno, ejem, ya sabeís. Cuando volví a casa el problema parecía resuelto, pero yo estaba muy cansado y no quería saber nada de nadie. El día siguiente, viernes, seguía agotado y no tenía nada de ganas de comer.
Esta vez mis humanos me metieron en esa odiosa caja de color rojo y me llevaron con el coche. Yo maullaba y maullaba, para demostrarles que no estaba conforme con aquel viaje, pero nada. Me llevaron a un sitio extraño completamente en el que personas que yo no conocía, me manipulaban y me pinchaban con agujas, para sacarme sangre. Yo no comprendía nada y, menos aún, el porqué mis humanos se fueron y yo me quedé allí. Durante dos días no pude ver a mis amigos humanos. Me habrían abandonado en aquel sitio horrible con aquella gente vestida de verde. Incluso me afeitaron mi barriguita, tan peluda, me pusieron una especie de pasta y me pasaron un aparato que estaba muy frio. También me durmieron. Yo, la verdad, a pesar de que no tenía ganas de comer y cada vez me encontraba más débil, les bufaba y gruñía cuando intentaban algo conmigo. Ya estaba harto y quería irme a mi casa y que me dejasen tranquilo. El lcuarto día, vinieron mis humanos a visitarme. Yo estaba muy nervioso y ronroneaba mecánicamente. Cuando ellos me acariciaron suavemente la cabeza y las orejas, me relajé mucho. Pensaba que me llevarían con ellos, pero no fué así. Cada vez me encontraba más débil .
El quinto día, volvieron a verme, pero yo estaba muy enfadado. Casi ni los reconocí y les bufé. Mi humana estaba muy seria. Nunca la había visto así. Esa noche me encontraba muy flojito y agotado.
De madrugada, entré en una especie de sueño muy profundo. Sentía como que caía en un pozo oscuro. Caía y caía sin parar. De pronto, noté una luz tan brillante que tuve que contraer mis alargadas pupilas al máximo. Al mismo tiempo, noté unas uñitas que me agarraban con fuerza. ¿De que me sonaba aquel olor tan familiar?. Cuando por fin pude abrir los ojos, no podía creer lo que estaba viendo. Ante mi tenía a mi pequeño amigo Pushkin y a Gina, la gata bromista.
Les pregunté: "¿Pero de donde salís vosotros, donde estuvisteis todos estos años"?.
Gina me contestó: "Nosotros llegamos aquí antes que tu. Ésto es el cielo".
Pushkin, con su ojito pirata me dijo: "Bienvenido a tu nueva vida, verás como te gusta esto"
"Pero, pregunté, entonces no podré volver nunca a mi casa ni volveré a ver a mis queridos humanos ni a la bella Schatzy".
"Tu podrás verles e incluso captar sus sentimientos", dijo GIna, "pero ellos a ti no, al menos, de momento". "Algún día, todos estaremos juntos y felices".
Era cierto, en mi interior, veía mi casa y a mis humanos. Parecían tan terriblemente tristes. Lloraban desconsolados y entonces lo comprendí todo. No me habían abandonado, sino que yo estaba muy enfermo y lo habían intentado todo por mi. Ahora lloraban por mi y yo por no volver a verles.
"DE momento, tendrás que acostumbrarme a este nuevo hogar", dijo Gina.
Era un jardín infinito con árboles de colores iluminado por el arco iris. Las fuentes son de yogurt (lo adoro) y eso ya es positivo. De nuevo me encontraba sano y fuerte, igual que mis compañeros.
Otro día os contaré mi historia y todo lo que me vaya ocurriendo por aquí. No os olvida, GATSBY