jueves, 17 de enero de 2008

La Navidad más esperada





































Primero fueron unos leves copos, como blancos jirones de algo muy delicado, ingrávido, frio, que se iba posando sobre nuestros bigotes y poco a poco se fué depositando sobre nuestro pelaje. Nos habían dicho que se llamaba nieve, pero el caso es que aunque era frio, tenía algo alegre y lúdico. Eso debió de pensar también el pequeño Elvis, porque al cabo de un rato, estaba ya jugando como un loco, como si tuviera muelles en las patas. Saltaba y corría de un lado a otro, persiguiendo aquellos etéreos copos de nieve. Tatiana, su madre, trataba sin éxito de llamarle, para evitar que pudiese hacerse daño. Al fin y al cabo, poco o nada sabían sobre aquella cosa blanca tan resbaladiza.

Poco a poco, la nieve fué cubriendo como de un manto blanco todo lo que podía alcanzar nuestra vista, las hojas, la tierra, los árboles y hasta las calles, torreones y cúpulas de la ciudad. Casi sin parpadear, contemplábamos aquella belleza, tan nueva para nosotros.

De pronto, un enorme copo blanco cayó sobre la rosada nariz de GATSBY. "Brrrr", dijo sacudiéndo su largo pelaje con energía, "mi nariz está helada, y mis patas se están quedando frias también. ¿que demonios es esto que llamaís nieve?.

"La nieve es agua que se hiela por el intenso frio y se convierte en preciosas estrellas de hielo. Los copos de nieve que veis, están formadas por muchas de esas estrellas", contestó SAMSONE que había estado caminando a su lado, "¿es que acaso nunca nieva en el lugar dl que vosotros procedeís"?.-

"No, en nuestro país de origen casi siempre hace buen tiempo", dijo TUSHA, "lo más parecido que recuerdo fue el invierno antes de llegar aquí. Una mañana el cielo se puso muy oscuro y empezó a oirse un ruido, como si cayeran piedras del cielo. Me asomé a la ventana y vi que nuestra calle se iba cubriendo de blanco, pero era diferente. Vi a la pobre tórtola que anidaba en nuestro árbol, intentando proteger con el cuerpo a su cría. ¡Parecían tan desvalidos!.

Siguieron pasando los dias y todo se cubrió de blanco.

De pronto, una noche algo cambió. El silencio cristalino se rompió. Sonó una campanada cómo vacilante, luego otra y otra, que parecía salir de un largo sueño, tan, tan, tan, cada vez más enérgicas, TAN, TAN!!!!.

La noche de oscuro azul, se transformó en miles, millones de luces.

"Es el momento que esperamos todos los años", dijo AZZURRA, "de nuevo ha llegado la Navidad. Será este el año en que la ciudad sea redimida de su eterno sueño?.

Las estatuas, antaño tan pálidas e inertes, empezaron a cobrar color, conforme la sangre iba de nuevo brotando por sus venas. Poco a poco, sus entumecidos músculos cobraron movimiento. Antes de que nos diéramos cuenta, todo palpitaba de vida a nuestro alrededor. De nuevo la gente inundaba las plazas y los puentes de la ciudad. Las tiendas se llenaban de gente ansiosa de comprar lo necesario para celebrar la Navidad. Todo el mundo llevaba puestas sus mejores ropas.

También en el viejo mercado, todo volvió a la vida. El pobre Porccellino, seguía herido. ¿Quien sería capaz de curar la herida de su costado?. De pronto TUSHA tuvo una idea. AIRAM, su SER LUZ qu tenía unas manos tan especiales y que tenía l capacidad de curar debía intentarlo, pero Airam estaba muy débil. Había pasado un tiempo tratando de ayudar a un ser que quiso mucho en otro tiempo. Un ser que quería morir, aunque no era su momento. Airam estaba muy cansada, pero ante la insistencia de todos, decidió intentarlo. Colocó sus cálidas manos sobre el corazón del pequeño jabalí. El pobre niño que le protegía cerró los ojos y murmuró una ininteligible oración, casi como un susurro. Porccellino gimió y se movió levemente. Sus ojos seguían cerrados. Airam aplicó de nuevo sus manos, esta vez sobre el costado herido. Todo el mundo, humanos y animales contenía la respiración. El momento era crítico. El frio era intenso, pero las cálidas manos de Airam recorrían los centros vitales, tan conocidos para ella. De pronto, un estremecimiento recorrió todo el pequeño y peludo cuerpo. Sus ojos se entreabriron lentamente. El calor de la vida volvió a recorrer cada fibra de su cuerpo. Abrió los ojos y se enderezó lentamente. Su primera mirada y caricia fueron para su pequeñ amigo, que tanto le había protegido.

La gente estaba emocionada. Las reacciones eran de alegría en todas sus manifestaciones. La urna de cristal comenzó a llenarse de monedas hasta rebosar. Todo el mundo estaba feliz.

Por fin, aquella Navidad iba a ser realmente diferente . En el centro de la ciudad se levantó un enorme árbol de Navidad, repleto de regalos y golosinas y también un precioso carrousel para que fuese disfrutado por todos los niños, fuesen pobres o ricos. En el antiguo mercado, se erigió una figura de un jabalí de bronce, para que la historia nunca fuese olvidada.

"Bueno", dijo JUDITHA "parece que por fin los habitantes de la ciudad han aprendido la lección".

"Eso espero", dijo Azzurra, "de lo contrario, la ciudad quedaría de nuevo bajo la niebla y todo volvería a empezar"