viernes, 3 de agosto de 2007

Hundeasgard





















Ya llevábamos más de 15 lunas con los gatos del bosque. Eran muy amistosos y la vida con ellos era agradable. Todas las noches, después de cenar, nos sentábamos en el gran claro a la luz de la luna y escuchábamos sus historias. Nosotros les hablábamos de nuestras experiencias y proyectos y ellos nos aconsejaban sobre nuestro viaje. Durante el día, descansábamos a la sombra de los frondosos árboles, que nos protegían del caluroso verano.
Lo único que creaba una cierta intranquilidad entre los gatos era Laika. Muchos de ellos no comprendían que los modales y la mímica de los perros eran diferentes a los nuestros. Algunas veces incluso, sus gestos de alegría desbordante, sus saltos y sus ladridos, eran mal interpretados por algunos compañeros.
Laika tampoco había tenido nunca amigos felinos hasta que llegó aquí, así que a veces se creaban malentendidos. Ella se sentía triste y algo aislada, así que nos dimos cuenta de que había llegado el momento de acompañarla a HUNDEASGARD para que estuviese con los suyos y se sintiese comprendida y arropada por ellos.
La noche anterior, pedimos a nuestros amigos que nos indicasen el camino. Sentados en círculo a la luz de la luna, Moctezuma con una de sus uñas nos trazó un mapa en la tierra. Debíamos avanzar durante una jornada siempre hacia el oeste. Nos insistieron mucho en que tuviesemos cuidado con los mutantes.
"¿Que o quien son esos mutantes?", preguntó Gina.
"Los mutantes son seres que, infringiendo las leyes de su especie, se cruzaron hace mucho tiempo con seres diferentes", nos dijo Moctezuma, "son completamente impredecibles, tened mucho cuidado".
Nuestro amigo el pájaro de color escarlata nos indicaría el camino. Antes de irnos a dormir, nos despedimos hasta la vuelta.
Anduvimos por caminos y veredas, por zonas más escarpadas en las que la vegetación era tan espesa que parecía que nunca nadie hubiese pasado por allí. Algunas zonas del bosque parecían impenetrables.
Matías nos dijo que el viaje podía hacerse en un dia, así que aunque nuestras patas estaban cansadas, decidimos no detenernos, para poder volver cuanto antes con nuestros amigos.
De camino, vimos animales que nos eran desconocidos. Algunos, parecían asustados y otros emitían sonidos ululantes que nos asustaban.
"Son quizás esos los mutantes"?, pregunté a Dandy.
"No lo creo" me contestó. "Parecen lobos, los antepasados salvajes de los perros. Tal vez nos estamos acercando a HUNDEASGARD y sean simplemente perros vigías".
Así era, en efecto., Poco después, oímos desde lejos un gran estruendo. Eran ladridos. Por fin habíamos llegado a nuestro destino.
Antes de que nos diésemos cuenta, nos vimos rodeados por varios perros. Los había de todos los tamaños y colores.