sábado, 22 de septiembre de 2007

Historias de otoño





















































































Hola, soy TUSHA.
Como he sido el último en llegar, me han permitido que cuente mis experiencias. He de reconocer que el principio fue muy duro. Aunque vuelvo a encontrarme sano y fuerte, estaba muy triste. No podía aceptar mi nueva situación y el hecho de no volver a ver a mis humanos ni a mi queridísima SCHATZY.

Gracias a mis amigos y amigas que ya llevan tiempo aquí, acabé por comprender que mi aflicción era normal. Todos ellos habían pasado antes por ello y su ayuda y cariño es muy importante para mi. Sobre todo GATSBY y DANDY, que a veces me arropaban y me trataban como a un niño. Mi hermano PUSHKIN me anima con sus bromas. Hasta GINA me mira con afecto y me da topadas cariñosas y me dice "Ánimo muchacho, nada es tan terrible como parece. Dáte tiempo y verás..."

La que es un verdadero bálsamo para mi es AIRAM, mi ser luz. Me acaricia con sus pequeñas y cálidas manos y me sonrie con tanto cariño. Me transmite mensajes de ánimo y no me deja que esté triste o tenga miedo.





Ahora que ya empieza a refrescar por las noches, ella pone sus manos sobre mi cabeza y no apaga su luz en toda la noche.

La otra noche me contó que hace tiempo, cuando era humana, tuvo una hija que por las noches tenía mucho miedo a las luces de los faroles de la calle. Éstas proyectaban terribles sombras sobre la pared y la niña no se podía dormir y pasaba las noches encogjda en su cama. Otras veces, conseguía dormirse y tenía horribles pesadillas en las que veía seres de largas piernas o seres blancos muy altos que escarbaban debajo de su cama. Airam dejaba una luz encendida y pasaba noche tras noche con la niña, cantándole la "canción del reloj de cuco", para que se durmiera tranquila. Otras veces, le leía historias de animales, de un libro llamado "El libro de la selva". Y la niña se dormía y poco a poco dejó de tener miedo. También me contó otra noche que en esa época fria que llaman Navidad, en la que los humanos decoran los ásrboles con luces y guirnaldas, la niña miedosa se dormía mirando las luces parpadeantes del árbol de Navidad, abrazada a su oso de peluche blanco.












Seguro que fue una niña feliz.

Los días se vuelven más cortos y los árboles del bosque de Hundertaugen están cambiando de color. Ya no son verdes, sino que van tomando colores amarillos y dorados. Desde hace varios dias, el cielo se ha vuelto profundamente gris. Densos nubarrones morados han cubiero todo. Airam se ha asomado y arrugando la nariz ha dicho "Esta tarde, tormenta" y en efecto, en un momento dado, se ha oído un gran rugido y entre los malhumorados nubarrones se ha abierto un gran boquete y ha empezado a caer tanta agua, que tapaba todo lo qwue alcanzaba nuestra vista. No se porqué he pensado si en mi antiguo mundo también estaría lloviendo y me he acordado de la pobre paloma que veía desde la ventana, que incubaba sus huevos, aunque estuviera cayendo el diluvio.





Moctezuma dice que pronto algunos árboles perderán sus hojas y entonces habrá que protegerse.Nuestros amigos del bosque se están preparando para el frío. Se alimentan más y están acondicionando sus refugios con hojas, para mantenerse calientes. Es lo que los humanos llaman OTOÑO.

Dicen que pronto tendremos que partir. La gran hoja del oráculo del bosque, nos avisó de que debemos dejar el bosque y continuar el viaje que iniciaron mis compañeros hace ya algunos meses. Si no lo hacemos, el tiempo no nos será favorable y no podremos cumplir nuestra misión.
Yo no se a donde vamos. Sólo se que es un viaje muy importante y que hay muchas cosas que ver y que aprender, así que yo me apunto.
Sólo me apena mucho dejar a nuestros queridos amigos del bosque, que tan bien nos acogieron y tanto nos han enseñado sobre como sobrevivir en la naturaleza. Esto ha sido muy útil, para gatos como nosotros que hemos vivido siempre entre almohadones.
Iván acaba de llegar. Es un gato siamés que no tuvo una vida fácil. Al final de su vida, cuando estaba viejo y enfermo, fue dejado a su suerte. Al menos, en el bosque será feliz y tendrá un montón de amigos.