viernes, 21 de marzo de 2025

OSTARA y la magia de los UNICORNIOS

Dicen las antiguas leyendas que la magia es especialmente intensa durante las noches de solsticios y equinoccios . Los días se alargan o se acortan y cualquier cosa puede ocurrir... 

Fue aquella noche del equinoccio de primavera.             Los humanos quemaban en enormes hogueras todo lo que ya no servía , objetos o sentimientos, para dejar espacio a todo lo nuevo y positivo que estaba por llegar. Bailaban y saltaban sobre el fuego. 





Era el momento de renovación. La naturaleza era fértil y OSTARA, la diosa de la primavera,  estaba deseosa de hacerla revivir como cada año con sus mejores galas , sus verdes más intensos, sus más brillantes flores, los animales y sus tiernos cachorros.

Fue en dicha noche mágica, en una antigua y nublada ciudad, muy , muy al norte de MIDGARD, en el mundo de los humanos.   Frecuentemente estaba cubierta de brumas o húmeda por la lluvia por lo que sus antiguos edificios y pasadizos estaban oscurecidos por el moho. Aún así, sus habitantes eran alegres y disfrutaban con la música de las gaitas , sus pubs y sus antiguas tradiciones. Entre ellas destacaba el creer tan a pies juntillas en los unicornios que hasta figuraba en su escudo y en muchos edificios. La ciudad se llamaba DÙN ÈIDEANN



El puente del arcoiris o BIFROST, se alzaba con frecuencia sobre dicha ciudad y en el se hallaba el mundo de los unicornios o ALBA
El nacimiento de un bebé unicornio de cola negra y ojos desiguales, causó una gran alegría y un gran revuelo. Sus ojos tan inocentes, uno dorado y otro azul, le hacían completamente diferente a los demás.
Su alegría era chispeante y le llamaron SPARKLES





Creció tranquilamente junto a su madre ANTALYA y trotando feliz con sus amigos.   
Aquella noche mágica del solsticio de primavera, tan llena de energía, andaba saltando de nube en nube , fascinado, por las brillantes hogueras que veía allá abajo en MIDGARD. Se acercó trotando  hasta su padre, AON-ADHARC, "Quiero conocer el mundo de los humanos", dijo con un  agudo relincho infantil.   


Los dos adultos agitaron al viento sus largas crines y se miraron con preocupación. Intentaron disuadirle y le contaron que los humanos no siempre son amables con las demás especies .  Pero la voluntad del pequeño unicornio era firme y no estaba dispuesto a ceder. Sabían que tendrían que buscar una solución , tras consultarlo con el consejo . 
"Descansa , pequeño,  pronto tendrás noticias".  

1 comentario:

Anónimo dijo...

❤️❤️❤️❤️