KASPER, OBIWAN y CLEMENTINA continuaban su viaje y seguían viviendo nuevas aventuras.
Las horas de luz iban disminuyendo y también el calor sofocante. Las noches ya eran frescas y no venía mal acurrucarse.
Hacia un viento agradable que removía y hacia volar las hojas. Eran como las flores del otoño. El último regalo de los arboles hasta la próxima primavera...la rueda de la vida.
Como buenos amigos, su conversación siempre era amena y con frecuencia trataba sobre su vida con sus humanos que nunca olvidarían pero también sobre cual sería su próxima aventura.
¿"Os habéis fijado en ese pequeño ser de color rojizo que lleva un rato detrás de nosotros, saltando de árbol en arbol"?, preguntó CLEMENTINA.
OBIWAN se detuvo y con su audacia de guerrero, inquirió al pequeño desconocido."Eh, ¿quien eres tú y porqué nos estás siguiendo?"
"Buenas tardes. Soy un habitante del bosque . Me llamo RUIBARBO y soy una ardilla. Todos los seres del bosque hemos estado recolectando alimentos de las última cosecha para poder hacer frente al invierno. Todos los soles celebramos nuestra fiesta de agradecimiento por la cosecha con un gran banquete en el que cada uno de nosotros aporta una pequeña parte de lo que haya recolectado. MABON, es el momento en que hay un equilibrio entre el día y la noche, antes de que llegue el frío y SAMHAIN. Es costumbre invitar a forasteros a participar en nuestra fiesta. ¿Os gustaría acompañarnos?"
"Si mis compañeros están de acuerdo, os acompañaremos con mucho gusto y también os agradecemos vuestra generosidad ", respondió KASPER.
OBIWAN asintió con la cabeza. La ardilla les guió hasta el claro de un magnífico bosque de mil colores.