GATTIKA ardía, como todos los veranos. El clima estaba cambiando y no precisamente a mejor. El calor era cada vez más asfixiante.
Los gatos que hacía ya tiempo que llegaron allí desde diferentes y lejanos lugares, descansaban entre las ruinas. Se protegían del calor bajo las vetustas y enormes piedras que fueron en tiempos muy antiguos parte de aquel templo magnífico y colorista en honor de la diosa de la sabiduría, ATENEA.
Esta vez el fuego había atacado a una de aquellas islas paradisíacas bañadas por el GRAN AZUL de una tonalidad intensa y profunda, cuna del culturas antiguas.
Trotando cansinamente llegó un ser con grandes orejas que, por su estado de agotamiento parecía tener un largo viaje tras de si. Llevaba una perrita agrisada y de largo hocico sobre su lomo que bajo al suelo de un salto. Estaba tan desmadejado que , sin pensarlo dos veces, se dejó caer jadeante entre los gatos para descansar, doblando sus patitas delanteras. Sus largas orejas estaban casi agachadas por el gran esfuerzo realizado. Dijo que venía caminando desde tierras muy lejanas al otro extremo del Gran Azul.
"¿Que podemos hacer por ti?", le preguntó un gato de largo pelaje pelirrojo. Yo soy GATSBY . "De momento, descansa y luego ya nos contarás que te trae hasta aquí"
"Muchas gracias, amigos, ahora que mi compañera y yo hemos podido beber y recuperar el aliento, voy a contaros algo muy preocupante".
"Aunque parezca increíble, los árboles se comunican entre ellos a través de sus hojas y su corazón verde que une a todas las raíces y todos son conscientes si uno de ellos sufre o está enfermo"
"Me consta que algunos de vosotros procedéis del llamado JARDIN de ARMONÍA, al otro lado del Gran Azul".
"Claro", respondieron los hermanos siameses GINA y DANDY, "nosotros vivimos alli nuestra juventud, antes de ser adoptados. Tenemos muy buenos recuerdos de ese jardín".
Pues bien el llamado ÁRBOL de FUEGO, que crece justo delante de dicho jardín, transmitió al Corazón Verde que algo muy extraño está ocurriendo alli.
DRAGON HEAD le contó que los árboles enferman por alguna razón desconocida y ya han sido talados ocho o nueve de ellos.
BIG ROOTS, el árbol sabio de grandes raíces no comprende que está ocurriendo. Hasta los queridos gatos que solían guarecerse en sus troncos o bajo sus ramas cuando hacía calor, han disminuido de forma alarmante desde que sus cuidadores humanos no pudieron acudir a cuidarles durante un tiempo con regularidad. Se hablaba de una enfermedad muy contagiosa que afectaba a los humanos. El tiempo pasó y los humanos volvieron pero escondiendo sus caras . Los árboles se preguntaban que fue de muchos gatos como CONGUITO, FEDRA, SIRA y otros muchos.
"¿Entonces, no quedan ya gatos en nuestro jardín?", preguntó TOM, un gato atigrado de porte majestuoso y magnéticos ojos verdes.
"Siento no poder darte mejor información. Hay gatos en jardines próximos que se trasladan allí por el llamado "efecto vacío". Los gatos del Jardín de ARMONÍA son una tradición que no debe desaparecer pero tampoco los árboles. GINGKO , el gran árbol centenario de hojas amarillas fue talado junto con otros más. Cuando llegue el otoño, solo sus dos hijos lucirán en todo su esplendor pero no llegarán a tener su magnificencia.
