Aquella noche lucia una inmensa luna roja que iluminaba las antiguas piedras de GATTIKA que durante miles de soles vieron el devenir de culturas y de naves que surcaban el GRAN AZUL MERIDIONAL.
Era la estación de los días largos y las noches cortas. Hacia un calor asfixiante. Los gatos se estiraban y daban vueltas y más vueltas sin conseguir dormir.
SCHATZY, la CONTADORA de HISTORIAS, miraba abstraída hacia la gran luna . Cautelosamente, como sin querer asustarla se acercó a ella una gatita carey, de las llamadas "gatas de la luna". Pasó un buen rato hasta que se atrevió a hablar.
"Me llamo CLEMENTINA de ROJAS y acabo de llegar".
"Será un placer. Os contaré una historia muy antigua que ocurrió en un lejano tiempo y un lejano país, en que los animales eran dioses, situado al otro lado del Gran Azul Meridional. Dicho pais estaba y está todavía surcado de norte a sur por un caudaloso rio. Desde tiempos inmemoriales, los habitantes de dicho pais cultivaban cereales en sus fértiles veredas. Guardaban el grano en enormes silos para alimentar a la población. Pero todo esté grano almacenado, atraía a una gran población de roedores. Y ahí es donde entraron nuestros ancestros, los gatos. Llegaron desde el desierto y, con el tiempo, su labor llegó a ser tan importante que fueron venerados y adorados también como dioses.
Era un mundo con grandes desigualdades, como sigue siendo el mundo de los humanos. Algunos vivían en palacios fastuosos mientras que otros vivían del trabajo duro o en la pobreza más absoluta. Parece que no han cambiado mucho. Por desgracia, hubo varios soles de una enorme sequía. El río disminuyó mucho su caudal . Los lotos se escondieron en el fango y este se secó . Los esquifes ya no podían navegar. Los que fueron fértiles campos de trigo, eran tan solo tierra seca, cuarteada y esteril.
KAMUZU, el médico , y su joven mujer MUT habían tenido a su primera hija a la que llamaron MERARY, la muy amada. La pobreza llegó a tal punto que no tenían apenas comida ni agua para alimentarse.
Un atardecer muy caluroso vieron llegar a su patio a una gata con sus tres gatitos. Estaba exhausta y escuálida, tratando de alimentar a su prole con la poca leche que tenía. MUT no lo pensó dos veces Les ofreció, cobijo. Compartieron con la pequeña familia la poca comida y agua que tenían. Una vez recuperados, los tres gatitos eran traviesos y alegres. Verlos correr y jugar por el patio era una de las pocas alegrías que les quedaban.
KAMUZU y su familia no podían dar crédito a lo que estaba ocurriendo. De la tierra reseca frente a su humilde casa , brotó una flor azul que parecía hecha de cristal. Las nubes aparecieron como de la nada y una gota de agua cayó sobre el loto azul. A esta siguieron millones de gotas. que cayeron mansamente como una bendición. Una sensación de frescor y un aroma de tierra mojada lleno el ambiente. Poco a poco, el rio recuperó su caudal y en sus márgenes volvieron a crecer los lotos. Los campos se volvieron amarillos, repletos de trigo. Los humanos, agradecidos, construyeron una hermosa ciudad en honor de la diosa BAST con templos que estaban habitados por preciosos gatos de todos los colores. La llamaron HELIÓPOLIS.
"Que preciosa historia y que preciosa luna", replicó CLEMENTINA. Gracias por vuestra gran bienvenida. Cuando vivía en el mundo de los humanos me fascinaba la luna llena. Solía contemplarla desde lo más alto de mi árbol favorito que me servía también de protección. Era un lugar privilegiado. Me despedí de él cuando me adoptaron otros amables humanos. . Él sigue alli".
Poco a poco, entró el viento del mar . Nuestros felinos se durmieron al fin, bajo la inmensa luna roja, soñando con lugares lejanos y mágicos templos de otros tiempos.
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