domingo, 6 de julio de 2025

CURRO y el olivo milenario

El fuego que quemaba los bosques había calentado el ambiente hasta hacerlo casi irrespirable. El GRAN AZUL MERIDIONAL se había calentado tanto que muchos de sus habitantes no podrían sobrevivir.   Terrible futuro el de aquellas aguas azules que durante siglos fueron frescas y llenas de vida .
La evaporación había cargado el cielo de densos nubarrones grises.  
APAXIA, la sabía GATA  BIBLIOTECARIA oteaba el cielo y con sus largos bigotes intuía que algo iba a cambiar. 
"Se avecina tormenta, haríamos bien en protegernos entre  las piedras". 
Cuando comenzaron a escucharse los truenos, ya todos los habitantes de GÁTTIKA  se encontraban seguros, a cubierto bajo  las antiguas piedras .
Una y otra vez , el cielo se iluminó como si fuese de día. 

El burrito CURRO se unió a ellos con su  paso tranquilo. "Según dicen los humanos", les contó, "primero se escucha el sonido que llaman truenos y después se ven esas luces de plata que iluminan el cielo. Las llaman rayos. Son peligrosos porque tienen una gran fuerza y pueden provocar la muerte o quemar árboles. Muchas veces son la causa de los grandes fuegos".
"Eres un burrito sabio. Ven, siéntate con nosotros, amigo y cuéntanos tú historia", le invitó SCHATZY, la CONTADORA de HISTORIAS.
"Pues veréis, los recuerdos de mi infancia son algo borrosos. Recuerdo una época feliz aunque breve junto a mi madre. Bueno, no tan feliz porque vivíamos con unos humanos que nos maltrataban y apenas nos proporcionaban alimento, ni siquiera agua cuando llegaba la época de calor intenso. Nos tenían tan descuidados que nuestras pezuñas habían crecido formando tantas curvas que apenas podíamos caminar". 
"Fue en uno de esos días de calor asfixiante que me dejaron atado a un poste a pleno sol. Después de varias horas , sin comida ni agua, me sentía tan débil que creía que iba a desvanecerme en cualquier momento". 
"Cuando creí que había llegado mi final, aparecieron otros  humanos que no conocía. Me condujeron a un lugar donde había muchos animales de diferentes tipos. Parecían felices. Me dieron agua, mucha agua, y empecé a recuperarme. También me remojaron para refrescarme". 
"Me hablaban con cariño y me acariciaban como nunca había hecho nadie antes, excepto mi madre. 
"Con el tiempo, comprendí que por fin había encontrado mi lugar. Hasta recortaron mis pezuñas para que pudiera volver a caminar casi con normalidad. Yo también era feliz allí y tenía muchos amigos. Sentirse querido era una sensación cálida y maravillosa. Me encantaba salir a recibir a mis humanos cada día, trotando alegremente y darles topadas de cariño con mi hocico". 
"Así pasaron muchos soles hasta que, por desgracia, un día comencé a sentirme débil . Mis patas eran pesadas y cualquier esfuerzo me dejaba agotado. Comprendí que había llegado mi momento de partir".
Sabía que me echarían mucho de menos pero nunca quedaría en el olvido aquellos momentos mágicos que habíamos compartido. Cada vez que me recordasen con una sonrisa, volvería a estar a su lado".
"¿Nunca volviste a ver a tu madre?", preguntó TUSHA,  el gato plateado de largas patas.
"Por desgracia, nunca supe que fue de ella pero espero que volvamos a encontrarnos algún día. Echo de menos sus topadas y su hocico cálido y  húmedo". 
Seguía lloviendo pero los truenos se escuchaban cada vez más lejos. El ambiente se había refrescado, al menos temporalmente .  


Había cesado la tormenta. Las nubes se dispersaron . Empezaba a alborear cuando la estrella de la aurora se puso sobre el viejo olivo milenario, conocido como ARBOL de los DESEOS. Era tan antiguo que había conocido 3.000 soles y había conocido historias y culturas. Los antiguos sabios habían ya  impartido clases y discursos bajo sus ramas que aun daban frutos.  
De pronto, bajo sus ramas comenzó a oírse un sonido muy familiar para las largas orejas de CURRO... 
i-auuuu, i-auuuuu, i-auuuuu.  
Era el sonido de su infancia....
¿Sería posible que su deseo se hubiera cumplido y volvieran a estar juntos de nuevo?


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