"Escuché contar que en nuestro país, los humanos encendidas hogueras en las orillas del GRAN AZUL", contó KASPER. "Bailaban sobre el fuego y pedían un deseo. Me preguntó si los deseos se cumplen".
"Mi deseo sería poder descansar está noche pero parece imposible, al menos hasta la madrugada", añadió OBIWAN, desperezándose.
"Os contaré una historia que escuché a unos gorriones y tal vez os ayude a dormir ", contestó CLEMENTINA.
"Muy lejos de aquí, había un próspero lugar. Todas las aves que allí habitaban tenían suficiente para vivir y convivían en relativa armonia. Era próspero, a pesar de sus gobernantes. Siempre hubo dos facciones, los frugívoros y las rapaces que se sucedían en el gobierno.
Pero un día nefasto llegaron las urracas y los cucos
al lugar.
Se instalaron en los árboles, pusieron sus huevos en los nidos ajenos y echaron a todos con sus picos afilados. Su principal ocupación era adueñarse de todo lo ajeno, sobre todo de lo que brillaba o que consideraban de valor.
Ni siquiera entre ellos se ponían de acuerdo y el escándalo de sus peleas y sus inmundicias eran insoportables.
Finalmente, los cucos , con sus picos rojos, fueron expulsados del consejo. Todo aquello empeoró cuando aparecieron las culebras, atraídas por los huevos descuidados y los objetos brillantes.
Muchos estaban ya dispuestos a emigrar a otras zonas, desarraigandose de lo que siempre había sido su hogar y el de sus ancestros.
Las urracas vivían aferradas a su poder absoluto. Mentían, engañaban y robaban sin freno y no parecía existir una solución.
Fue una noche de principio de verano en que, amparados por la algarabía de la fiesta, decidieron reunirse todas las aves para intentar encontrar aquellos puntos en que el poder de las urracas era más débil.
Cada uno tendría su misión.
WENZEL y DENZEL , los vencejos gemelos, harían su vuelo de inspección al amanecer .
"Mis hermanos y yo planearemos varias veces a lo largo del día para inspeccionar todas sus actividades", dijo ALVAR, el halcon.
"Yo vigilaré por la noche con ojos bien abiertos para no perder ni un detalle", añadió ANGUS, el búho.
El consejo de rapaces , con HECTOR CABEZA de NIEVE , al frente, serían los encargados de buscar la mejor solución para todos.
"¿Lograron finalmente que marcharan las urracas y recuperar su mundo?", preguntó la curiosa FRITZI.
"Bueno, la pelota aun está en el tejado. No es fácil limpiar tanta podredumbre", contestó CLEMENTINA.
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