

Así anduvimos varios dias. Por las noches, cuando el frío hacía imposible nuestro avance, nos guarecíamos en cuevas o en los troncos huecos de los árboles . Cuando hace frío, los gatos nos acurrucamos unos contra otros para darnos calor.

Entramos por un portalón. Todo era silencio. La luz que nos había atraído inicialmente, nos guiaba. Instintivamente seguimos su resplandor hasta llegar a un salón amplio y caldeado. Allí, recostado junto al fuego, del que procedía la luz, reposaba un enorme gato. Como si hubiera detectado nuestra presencia, se volvió hacia nosotros con la elasticidad de un gran felino. Su cara y sus ojos, reflejaban una gran tristeza.
"Sed bien venidos, forasteros, yo soy ROAKIN, el más solitario y triste de los felinos. En otro tiempo, yo era feliz y era conocido como, "el gran contador de cuentos", pero mi vida cambió totalmente, cuando mi fiel compañera murió hace 16 lunas. Yo mismo, estuve a punto de morir hace 12 lunas, porque quería reunirme con ella, pero no lo logré. Desde entonces, vivo como un autómata, pero mi vida no vale la pena. Pero no quiero entisteceros. Seguro que estaréis cansados y hambrientos."

Tal vez nuestra presencia, pudiese ayudar a ROAKIN a superar su tristeza. Nos dimos nuestras topadas de buenas noches y, como cada noche, nos dormimos soñando con nuestros queridos amigos humanos y con nuestra cama. Buenas noches AMA, buenas noches AMO, buenas......... nooo..
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